domingo, 22 de febrero de 2009

Infancia prolongada.


Dicen que cuando te haces mayor olvidas.

Pero si quieres seguir columpiándote en la luna, puedes. De hecho, puedes acomodarte en mi regazo, soñar y vivir otra vez. Y cuando despiertes, ay, puedes secarte las lágrimas con mi jersey, claro.

Puedes quedarte a vivir en el último suspiro, en el último bostezo, en la última bocanada de aire que inspiraste para soplar las velas en tu doceavo cumpleaños. Puedes rodar por la hierba, oler a azúcar y miel.


¿Sabes? Puedes calzar un veintiocho y medir tu sonrisa con un metro de carpintero, puedes quedarte a vivir dentro de mí.

6 comentarios:

  1. Pero entonces no viviría por si mismo/a.



    Un miau

    ResponderEliminar
  2. Me en-can-ta, me chifla este texto... suena a viejo decir esto pero "quedan pocas personas que se expresen de esta manera y que cuenten estas sensaciones sin dudar. Me enamora totalmente.

    ResponderEliminar
  3. ¿Sabes? que sea siempre, y que no sea el último.

    Una mandarina con rugidos :)

    ResponderEliminar
  4. No olvidas por que ha pasado el tiempo, olvidas, porque ha veces no deseas recordar que puedes ser feliz, simplemente sonriendo y haciendo lo que deseas.
    bello escrito

    ResponderEliminar
  5. Me encanta como escribes :)
    y para siempre.. eh?

    ResponderEliminar