No hay que proponerse el ser feliz, hay que serlo. Las mariposas se posaron en las bombillas y pasaron a ser polvo. Coloqué dos pastillas en mi lengua, el techo grisáceo y adornado de goteras seguía siendo el mismo cuando conseguí dormirme.
Mojarme de lluvia, calarme los huesos del frío de este invierno. Perderme en en el humo del cigarro que tienes en la boca. Colarme en tu cama a todas horas. Leerme tu vida escrita en dos hojas.
Claro, el cielo está para volar para ver, para soñarlo todo.
ResponderEliminarUn beso de parte del patito de goma :*
Y otras, tantas nubes se nos quedan pequeñas.
ResponderEliminarmiau de pastel de naranja :)
A mí me encanta volar. Especialmente lo días de lluvia, porque todo es mucho más...etéreo.
ResponderEliminarFiufiufiu, en mi blog hay algo para tí. Me encataría que fueras y lo tomarás (:
Cuando miro el cielo siento que puedo volar, siento que puedo ser libre…
ResponderEliminarUn beso.
P. S: Me ha gustado tu blog!